Imagino que muchos de los que leeis el blog fantaseáis con dar o recibir una azotaina, os atrae la idea pero os cuesta dar el paso para hacerlo en la realidad. Es una decisión personal: hay fantasías que tienen mucho morbo como tales y son decepcionantes en la práctica, pero si la fantasía sigue ahí persistente, pues no tiene nada de malo probar. Naturalmente esta entrada va dirigida a los novatos en la materia.
En primer lugar, yo daría un mensaje tranquilizador. He tenido encuentros con mucha gente a lo largo de ya unos cuantos años y algunos han sido muy buenos, otros más o menos y otros han salido mal, pero nunca he sentido nada parecido al peligro. Hemos visto todos muchas películas de alguien que queda en una cita a ciegas y da con un asesino, un tarado, etc. y es inevitable ser un poco aprensivo, pero eso afortunadamente es ficción. Eso no quiere decir que no haya que tomar unas precauciones mínimas:
- hablar o chatear un poco con la persona antes de quedar. La forma de escribir dice mucho y en seguida delata si la persona es de confianza o no. Además de por seguridad, es bastante más probable que alguien que se moleste en decir por Internet algo más que ¿tienes sitio? y ¿cam? pueda ofrecerte una experiencia mucho más placentera que el salido de turno que tiene mucha prisa.
- la primera vez que se queda con alguien, es una buena idea verse en la calle o en un bar y no directamente en su casa ni en la tuya. El lenguaje verbal y no verbal dice mucho y generará confianza; y si no la genera, pues pones cualquier excusa y te largas.
- para los que les guste el bondage, no dejarse atar ni amordazar hasta que no tenemos mucha confianza con esa persona.
- fijarse un mínimo en su perfil. Si pone fotos o enlaces a vídeos donde pegan a alguien hasta destrozarlo pues a lo mejor hay que plantearse algunas cosas.
- mientras no se conoce bien a la persona, limitarse a azotes con la mano. Si todo va bien, se puede pasar a una zapatilla, un latiguillo o una pala de plástico o de cuero de estos de sex-shop. Mucho ojo con las varas, cinturones e instrumentos de factura casera, porque no son fáciles de manejar y pueden hacer mucho daño en manos de presuntos "expertos" que no los saben usar. Los cinturones hay que doblarlos bien para asegurarse de que no van a golpear donde no deben. Que no te utilicen de conejillo de indias a ver que tal saben usar la fusta de caballos que han encontrado en la casa de la familia en el campo.
- el spanking es pegar solamente en el culo o como mucho en la parte superior de los muslos. Los glúteos son los mayores músculos del cuerpo; no recubren órganos vitales ni huesecillos delicados. Si vas a lo bruto, te puedes estropear la piel, pero no va a pasar de ahí. Pegar en las manos, en los pies, en la zona de los riñones o en la parte de atrás de las rodillas, no es spanking, es, sin ánimo de ofender, notenerputaideing (perdón por el chiste).
- ser amo, dominante o spanker no tiene nada que ver con ser grosero, maleducado, maltratar a la otra persona, hacer que se sienta mal ni presionarla para que haga lo que todavía no está preparada para hacer o simplemente no le gusta ni le va a gustar. Un buen amo sabe que él juega a que es quien domina la situación, pero lo que hace en realidad es interpretar hasta dónde desea el sumiso que llegue su castigo; una vez un dominante muy bueno me dijo que en una buena sesión es el sumiso el que manda en realidad y, no sé si lo estoy explicando bien y se entiende lo que quiero decir, pero creo que tiene razón.
- para mayor seguridad, se puede recurrir a una palabra clave que, si es pronunciada, interrumpa la sesión. Para no tener que llegar a eso, que no deja de ser un cierto fracaso, no está de más preguntarle a la "víctima" durante su castigo si está a gusto; para mí al menos, eso no me corta el rollo para nada sino al contrario, me asegura que estoy con una persona a la que le importa que yo también disfrute y en la que puedo confiar.
Estos consejos parecen de perogrullo, pero seguramente no estarán de más. Siguiéndolos, la experiencia puede ser más o menos morbosa, más satisfactoria o más decepcionante, pero nunca va a ser peligrosa. Luego hay pieles más sensibles que otras y el enrojecimiento de los azotes puede durar más o menos y ser más o menos intenso; fotos que pueden parecer terribles no lo son tanto. Para ir sobre seguro, se puede usar crema aftersun después.
Por lo demás, el problema del spanking es que no somos muchos aficionados y a cada uno se puede decir que nos gusta una cosa diferente. Más fuerte, más flojo, con sexo, sin sexo, con juego de roles, sin juego ... Lo que a veces me comentan algunos, y estoy de acuerdo, es que hay unos cuantos brutos sueltos con los que hay que andarse con ojo. Creo que esta y otras prácticas se han popularizado en los últimos años, y todo lo que es el mundo s/m parece que ha servido como salida para gente con problemas variados cuya única forma de ligar es convertirse en amos. A veces es fácil identificar estos amos advenedizos, que te preguntan si aguantas mucho, te dicen que no admiten límites, o son totalmente rígidos respecto al contenido de la sesión; sólo les importa lo que a ellos les gusta y les trae sin cuidado lo que te guste a ti. El spanking debe ser un juego morboso y al final placentero para los dos participantes; no tiene nada que ver con malos tratos ni con una tortura consentida ni con una terapia para exorcizar no sé que complejos o culpabilidades, eso último ya no sería terreno del sexo sino de psicólogos o psiquiatras.
Espero que no parezca que estoy atacando a los spankers o poniéndolos en duda. Hay muchas personas con fantasías de dominar y zurrar al otro para darle placer al mismo tiempo que también ellos lo experimentan y lo hacen estupendamente, por suerte para mí y para muchos. Algunos de ellos también tienen muchas dudas al principio porque les preocupa que puedan hacer daño o traumatizar al spankee. Es recomendable y se aprende mucho recibiendo una zurra primero; muchos de los mejores spankers que he tenido empezaron en el otro lado. En cualquier caso, hay que aprender el lenguaje corporal del chico al que azotas y saber cuándo necesita más o menos intensidad. Ante la duda, preguntar; y ante la duda muy grande, siempre es mejor quedarse corto que pasarse.
Al final se trata de aplicar un poco el sentido común y sobre todo de hablar y comunicarse con la otra persona; es relativamente fácil evitar a la gente conflictiva, que no deja de ser una minoría. Dando y recibiendo zurras he conocido por lo general a gente encantadora y, aparte de satisfacer morbos, es una experiencia muy rica en muchos sentidos. Quien desee probar y pasar de la fantasía a la realidad, no se va a arrepentir. Y si la primera vez no es gran cosa, pues es lo más normal, las primeras veces suelen ser mediocres y luego con la práctica ya va saliendo mejor; el spanking no es una excepción.